Articulo de Interes - cambio climatico

Reproduzco la entrevista de Modesto Montoya al Doctor Pablo Lagos, en referencia a la creación del nuevo Ministerio del Medio Ambiente y la cumbre de ALC - UE.

http://www.cienciaperu.org/noticias/200805mayo/Actividades200805mayo.html




Reportes Ciencia Perú

mayo 2008 Director: Modesto Montoya

Entrevista de Modesto Montoya al doctor Pablo Lagos (director científico del Instituto Geofísico del Perú) pionero del estudio del cambio climático en el Perú.

Hasta 1973, gracias al impulso inicial de Luís Banchero Rossi, se pensaba que la pesquería iba a ser el motor del desarrollo; pero ese año hubo un colapso causado por un “El Niño” bastante agresivo. El problema fue tanto más grave en la medida que el Perú no pudo cumplir su compromiso de venta de harina de pescado, por lo que tuvo que pagar multas. Ello atrajo el interés hacia el fenómeno “El Niño”. En 1925 hubo uno más fuerte, pero no atrajo el interés.Entonces yo me ocupaba de un modelo tridimensional de la termósfera (200 – 1200 km de altura). Mientras un grupo liderado por Ronald Woodman se ocupaba de la parte iónica, yo me ocupaba de la parte neutra. En esa época se estudiaba con cohetes. El problema surgió porque los satélites no seguían las trayectorias esperadas, porque no se tomó en cuenta la fricción con las partículas neutras.
En 1975 con el auspicio de Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) empecé a estudiar el fenómeno “El Niño”. Yo había llevado un curso sobre oceanografía y cursos sobre la atmósfera para mi doctorado en el MIT, pero no había hecho investigación.
Me acuerdo que el fenómeno “El Niño” era preocupación del Instituto del Mar de Perú…
Hasta entonces, el fenómeno “El Niño” era estudiado por el Imarpe desde el punto de vista de la pesquería. No se puso atención a la componente atmosférica. Se inicia el Programa Estudio Regional del Fenómeno El Niño (ERFEN). El Imarpe invita a investigadores de instituciones similares de Ecuador y Chile para estudiar el problema. Nos reunimos en Guayaquil, en 1974. La mayoría estaba compuesta de biólogos y químicos. Yo estaba en la física y las matemáticas, por lo que vino la idea de modelar y pronosticar. Habría que había que entender lo que era el afloramiento costero, fenómeno que se producía en la costa peruana y la de Guinea Ecuatorial en África.
En esa época se hablaba mucho de la corriente “El Niño”
Hasta 1976 se pensaba como producto de la corriente “El Niño”. Pero luego se empezó a estudiar el afloramiento costero y el calentamiento del mar un poco más afuera. Había trabajos que relacionaban estos fenómenos con algo global. Estados Unidos tenían acceso a información que permitía pensar que el fenómeno se originaba frente a Indonesia y Australia.
¿Cuál fue el rol de los investigadores norteamericanos?
Dos de mis antiguos colegas en el MIT, Bob Dickinson y Mike Wallace, se involucraron en el tema. Ellos son miembros de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Con ellos escribí algunos artículos sobre el tema, lo que me facilitó la participación en proyectos internacionales.
¿Cómo lograste predecir “El Niño” de 1983?
En ese entonces tenía amigos Estados Unidos que cada tres meses hacían mediciones por el Pacífico ecuatorial desde el Pacífico occidental hasta el Perú. En octubre uno de ellos que llegó a Lima me mostró los datos sobre la termoclina.
La temperatura del mar va disminuyendo con la profundidad hasta la termoclina a partir de la cual es isotermo. De modo que el océano puede ser dividido en dos capas, una estática y otra dinámica.
La termoclina es más elevada en el Pacífico oriental en el Perú -30 a 50 metros- y más profunda –unos 80 meotros- en el Pacífico occidental. Hay una pendiente. El comentó que la termoclina se había profundizado desde entre el Pacífico central hasta la costa de Sudamérica, hasta la mitad. Debido a que él no era especialista en dinámica, no había anticipado que iba a llegar a la costa sudamericana.
Por suerte, había datos de tres meses atrás. Comparando los dos conjuntos de datos, se observaba un desplazamiento de este fenómeno hacia la costa sudamericana. Pude darme cuenta, si mucha matemática ni física, que en dos o tres meses llegaría a la costa peruana y que se iba a producir un “Niño” fuerte.
Supongo que previniste a las autoridades…
Envié un informe al ministro de Pesquería en noviembre de 1982. Nunca supe lo que hizo con el informe.
Expliqué este problema a Tomás Unger que publicó este tema en “El Comercio” alertando sobre la futura llegada de “El Niño”. Era diciembre en 1982. Las autoridades políticas no le prestaron importancia. En enero 1983 empezaron las lluvias y tuvimos en “El Niño” fuerte.
Ese éxito en la predicción te incentivó para profundizar tus investigaciones…Este hecho me incentivó a pensar en modelaje. El primer lugar hay que comprender que la pendiente de la termoclina se de debe a los vientos. De no haber vientos, la termoclina sería horizontal. Los vientos alíseos van de Este a Oeste. También hay que tomar las corrientes que vienen del Sur y del Norte van hacia el Oeste. Se observó que en el inicio de fenómeno “El Niño”, estos vientos se debilitan en el Pacífico Occidental. Estos llegan allá y vienen otros del océano Índico y hay fuertes precipitaciones en la zona de Indonesia, que es una zona de mayor precipitación en el mundo.
¿Cómo reaccionaron las instituciones internacionales ante este fenómeno global?
La NOOA (National Oceanographic and Atmospheric Administration) decide decide aumentar el número de boyas, creándose la TOGA (Tropical Ocean and Global Atmosphere) surgiendo varios proyectos. Los franceses, japones y austrialanos son los más participan; y los peruanos también, aunque sin recursos económicos. El tema se convierte en un tema global.
Hay unas cien boyas sembradas cerca del Pacífico ecuatorial. Cada boya mide temperatura del aire, presión, vientos, con una cadena para medir temperatura, salinidad y corrientes a niveles inferiores. La información es pública. Lo que pasa en Pacífico del Sur influye en todo el mundo, de modo que todos están atentos a esta información.
Se creó el Scientific Committee on Oceanic Research (SCOR) para definir el fenómeno “El Niño”. Se tuvo tres reuniones. El calentamiento del mar frente al Perú no tiene implicancias en Estados Unidos, pero el calentamiento en la parte central sí tiene implicancias. Hemos visto que todos los “El Niño” son diferentes.
Entiendo que todavía es difícil predecir un fenómeno “El Niño”…
Cuando se tiene un fenómeno extraordinario es menos difícil pronosticar. Pero, hasta ahora no se puede definir un evento moderado, porque se trata de diferencias de 0,5 grados centígrados.
Aún cuando se conoce bien el fenómeno “El Niño” siempre surgen incógnitas.
Ahora se habla de cambio climático global…
Hasta los años 90 no se hablaba de cambio climático global. Pero la NOOA, a raíz de las observaciones del fenómeno “El Niño” que eran globales, empieza a interesarse. Así empieza la idea de lo que sería el International Research Institute for Climate (IRI) que ahora le han añadido and Society. Me invitaron para trabajar en un proyecto en conjunto con la NASA para diseñar este instituto. Paralelamente la NSCF empieza a promover la idea del cambio global, en el sentido que cambio todo, no sólo el clima.
En los años 1991 y 1992 empieza la idea de cambio global. Surgió la iniciativa de crear otro instituto, el Inter-american Institute for Global Change Research (IAI) que ahora tiene su sede en San Jose Dos Campos, Sao Paulo, Brasil, con financiamiento del NSCF.
Tú fuiste uno de los principales propulsores del IAI…
Para entonces se empezó a organizar la reunión de Rio de Janeiro. Los Estados Unidos ha promovido mucho el estudio de este fenómeno global. (Es paradójico que ahora no quiera firmar el Tratado para frenar el cambio climático).
Tuvimos una reunión en Uruguay. Convencí al embajador peruano par que hablara sobre el tema en su discurso. Los colegas uruguayos y argentinos no estaban interesados en el tema de “El Niño”. En la reunión, cuando habló el presidente de Uruguay, de 45 minutos de su discurso, 30 minutos lo dedicó a este tema. La mitad del auditorio me miraba, creyendo que yo le había convencido sobre el tema. Ahora, Argentina y Uruguay son los principales afectados por el fenómeno “El Niño”.
Se firma el Acuerdo para la creación del IAI. Luego vino la ratificación por el Congreso de la República del Perú. Así, en 1993, empieza en el Perú a hablarse sobre el cambio climático.
¿Cuál fue la reacción del ambiente científico en el Perú?En el Perú formamos el Comité Peruano del Cambio Climático (COPECAM) eligiendo al Ing. Alberto Giesecke como presidente. Se me encargó la parte de difusión. Hicimos varias actividades sobre el tema. En ese proceso nace la necesidad de crear una institución especializada que llegó a ser el CONAM, que asumió el rol desarrollado por el COPECAM.
¿Cómo se enfrentó el fenómeno “El Niño” de 1998?
El año 1998 tuvimos un “El Niño”, lo que intensificó el interés en el tema. El año 1999 decidimos fortalecer nuestras investigaciones sobre este tema. El Perú demanda 150 millones de dólares al BID y al Banco Mundial para la reconstrucción de los daños ocasionados por ese fenómeno.
En la recepción a la delegación del Banco Mundial, con Ronald Woodman nos acercamos al presidente de la delegación. Le hablamos sobre el fenómeno “El Niño” y los pronósticos. Le hicimos un par de páginas de ayuda memoria. Diez días después nos pidió un perfil de proyecto. El tema llegó a manos de mis amigos de Estados Unidos, que evidentemente aprobaron. Se trataba de tres boyas frente a la costa del Perú, computadoras y preparación de gente.
¿Cómo reaccionaron las instituciones peruanas de investigación relacionadas con el tema?El proyecto es enviado a Perú y no lo acepta porque el préstamo era para reconstrucción y no para pronóstico. En Washington estuvieron sorprendidos y lograron, no se cómo, el gobierno peruano acepte, pero lo enviaron al IMARPE y SENAMHI. SENAMHI e IMARPE pusieron lo suyo. Al final salió el proyecto de 9 millones de dólares para fortalecer a estas instituciones, lo que permitió crear un grupo de investigaciones jóvenes, que se van formando en Estados Unidos y empiezan a presentar sus propias propuestas. Cuando yo salga, esto no va a morir.
En este proceso nos hicimos de infraestructura para estudiar el cambio climático.
Luego en CONAM se inició los estudios sobre la vulnerabilidad ante el cambio climático. Definimos las regiones de Piura, Lambayeque, Puno y Mantaro. Era por dos años. Al final, nos decidimos por Piura y Mantaro. Se hizo sobre el río Piura. El IGP, INIA, CIP, la Universidad del Centro, implementamos el proyecto para el Mantaro.
¿En qué estado se encuentran las investigaciones o actividades relacionadas con el Mantaro?Se trata de estudiar tendencias en los parámetros. Hemos visto que sí existe esa tendencia. Aunque la temperatura media, máxima y mínima tienen comportamiento un poco diferentes. También estudiamos la precipitación.
Relacionamos el tema con agricultura, energía y salud, porque podíamos contar con información. Se pudo ver los impactos en esos tres sectores. Y se identificó las áreas de vulnerabilidad debido al cambio climático. Uno de los temas importantes es el de los eventos extremos, como sequías, heladas.
Primero se vio la parte física, el impacto, luego la vulnerabilidad y la adaptación. El siguiente paso es el de la mitigación. Para mitigar hay que reducir la emisión de gases invernadero.
Ahora estamos tratando el problema de adaptación. El Huaytapayana está desapareciendo. La ciudad depende de ese nevado y el campo también. Tenemos el proyecto de estudiar este fenómeno y su influencia en las actividades económicas del valle del Mantaro. Pienso que lo que conviene es hacer pequeñas represas para irrigar plantaciones de tara en tiempo de falta de lluvias.
Hemos identificado un área de 400 hectáreas en Huancavelica donde se hará un bosque andino y espero conseguir financiamiento.
Lima, mayo del 2008

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